El ojo clínico – Demencia-Alzheimer. El recuerdo nos desvanece
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“Hoy en El ojo clínico hablamos del Alzheimer, una difícil enfermedad no solo para el que la padece sino también para el entorno más cercano por la gran dedicación que conlleva el paciente. Tres figuras históricas: el presidente Ronald Reagan, la primera ministra británica Margaret Thatcher o el español Adolfo Suárez padecieron esta enfermedad. Y precisamente Adolfo Suárez Illana nos acompañará en El ojo pregunta y nos contará cómo vivió la enfermedad su padre. Antes conozcamos más de cerca el Alzheimer, que tiñe de negro nuestra memoria.
El Alzheimer es la causa más frecuente de demencia en las personas mayores. Afecta a las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Fue en 1906 cuando el médico alemán Alois Alzheimer describió una nueva enfermedad que producía pérdida de memoria, desorientación y alucinaciones. Una patología que recibió el nombre de su descubridor, y que hoy se está convirtiendo en uno de los problemas sanitarios más importante de nuestra sociedad. La razón: el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población.
Dos figuras clave en la historia reciente vivieron sus últimos años marcados por esta enfermedad. La vida se juega con crueles paradojas. Margaret Thatcher, la primera mujer que ostentó en el siglo XX el cargo de jefe de gobierno en un país europeo, terminó sus días olvidándose incluso de lo que había sido. Ni siquiera se reconocía en el apodo con el que durante mucho tiempo fue obsequiada de forma más o menos amable: “la dama de hierro”. El Alzheimer destrozó los recuerdos de su propia existencia. Todo comenzó con la muerte de su marido, un personaje discreto que nunca quiso aparecer para no quitar a su mujer el menor protagonismo. A partir de ese momento, su familia soportó el deterioro personal y físico de Thatcher con notable entereza, hasta que tras diez años de desarrollo imparable de la enfermedad, sufrió un derrame cerebral. Su consejero durante 30 años, Robert Harris, escribió: “Sus últimos días fueron muy tristes, no podía terminar una sola frase: su voz se apagaba, y ni siquiera cuando los demás recordaban los episodios más significativos de su existencia, el atentado del IRA en 1984, la Guerra de las Malvinas o el derrumbamiento del comunismo, en el que también fueron actores principales el Papa Juan Pablo II y, desde luego, el presidente Ronald Reagan. En una coincidencia feroz, Thatcher y su gran admirado y amigo Ronald Reagan fueron víctimas de la misma patología: el Alzheimer.
Reagan fue presidente de Estados Unidos con 70 años. Su historia cinematográfica fue la de un actor mediocre, que tampoco sobresalió en las películas de vaqueros. Cuando llegó a la Casa Blanca, Reagan se comprometió a dimitir si sufría algún cuadro de demencia como padecieron su madre y su hermano. Sin embargo, la enfermedad le respetó hasta que dejó de ser presidente. Entonces escribió una carta a sus compatriotas americanos que concluía así: “Comienzo ahora el viaje que me conducirá al ocaso de mi vida”. Ocho años después de aquella confesión de 1994, su mujer Nancy anunció que ya no le reconocía. Reagan murió en 2004. Actor y vaquero, como Reagan, Charlton Heston, uno de los grandes de Hollywood, tuvo que aprenderse el guión más difícil de su vida, aquel que le hizo protagonista del Alzheimer. Seis años duró el rodaje de aquella fatídica enfermedad. Interpretando el papel de su vida y ante las cámaras de medio mundo, Heston leyó un guión que no pudo aprenderse de memoria.
A través de ese escrito anunciaba que no se daría por vencido. En la autobiografía que escribió Charlton Heston, el actor habla de una de las actrices más bellas que alumbró la época dorada de Hollywood: Rita Hayworth. El Alzheimer llegó a la vida de la actriz con virulencia al compartir espacio en su cuerpo con el alcohol. Fueron años terribles, según llegaría a confesar su hija, años de oscuridad en los que aquella mítica Gilda se fue para siempre.