El presidente del Senado, Pío García-Escudero, se comprometió este jueves, Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido (DCA), a ayudar a las personas con esta lesión, a darles “visibilidad”, en un acto celebrado en la biblioteca de la Cámara Alta.
García-Escudero dijo que “vamos a redoblar nuestros esfuerzos para que ninguna persona con daño cerebral adquirido, ninguno de sus familiares, puedan sentirse invisibles ante los ojos de la sociedad y de sus instituciones públicas. No queremos que este apoyo se interprete como algo testimonial. El Senado, en su trabajo parlamentario siempre ha tenido una atención preferente a los problemas sociosanitarios relacionados con distintas formas de discapacidad. Estamos atentos a las demandas y luego impulsamos medidas concretas que culminen en una respuesta satisfactoria, porque es nuestra obligación y porque es de justicia”.
La lucha contra la invisibilidad que sufren estas personas fue también el punto principal del manifiesto que leyó la periodista Mariló Montero, quien además destacó la labor que hacen los profesionales sanitarios para salvar la vida de los afectados, pero apostilló que “una vida salvada tiene que merecer la pena ser vivida”, en referencia a las secuelas que sufren los afectados por DCA y que no siempre son tratadas ni atendidas convenientemente porque “no pueden acceder a recursos de rehabilitación especializados porque son escasos y están repartidos de forma desigual por nuestro territorio”.
“Los servicios de evaluación de dependencia no realizan una evaluación correcta de las personas con DCA. Por descontado las familias quedan solas y se ven obligadas a cambiar sus proyectos de vida para atender a la persona con DCA”, denunció.
Por su parte, García-Escudero agregó que “el Senado no es ajeno a vuestros problemas y a las dificultades que tenéis que afrontar. Nos adherimos a la labor de los profesionales sanitarios y aplaudimos la labor que hacen las instituciones que trabajan en el sector sociosanitario”.
El manifiesto leído por Monteró demanda la puesta en marcha de una estrategia nacional sobre el DCA, que el daño cerebral adquirido sea una categoría diagnóstica, para fijar criterios a la hora de dar asistencia, que se elabore un censo de personas afectadas (que en estos momentos se calcula que son más de 400.000), que las familias de los afectados sean incluidas como beneficiarias de la atención y que en los planes de atención se contemple a las personas en especial riesgo de exclusión como las que están en estado de mínima conciencia, los menores con DCA y las personas con alteraciones graves de la conducta.